Porque ha llegado la hora de perderle el miedo

Copa menstrual Soy Ella

POR ANA GÁNDARA

Un reciente estudio publicado por el medio The Lancet Public Health compara este método con los tampones o compresas, llegando a la conclusión de que es tanto o más eficaz que estos

La copa menstrual. Has oído hablar de ella. Puede que la hayas visto anunciada. Quizá una amiga la utilice y te haya hablado de sus bondades e incluso es posible que en alguna ocasión te hayas sentido tentada a comprarla. Pero si has llegado hasta aquí, es porque probablemente todavía no te hayas atrevido a dar el paso. ¿Qué pasa con este producto de higiene íntima? Las que ya la han probado concuerdan en alabarla y no han dado un paso atrás desde entonces, pero las que todavía no son conversas todavía tienen una serie de reticencias que las hacen continuar en el mundo de los tampones y compresas. Sin embargo, un reciente estudio parece indicar que todas esas dudas son infundadas y que su efectividad es comparable (y hasta superior en algunos casos) a la de los otros métodos.

El estudio, publicado en el medio especializado The Lancet Public Health, es el más extenso y completo que se haya llevado a cabo hasta el momento sobre todos los aspectos relevantes que conciernen al uso de la copa menstrual. Teniendo en cuenta la posibilidad de tener fugas durante la regla, su aceptación, su nivel de seguridad y disponibilidad para la población femenina, se han analizado un total de 43 estudios sobre el tema, que a su vez contaron con 3.319 participantes.

De los resultados hallados, además de factores tan interesantes como su uso en zonas pobres o su viabilidad como método para evitar infecciones en países con menores recursos sanitarios, los datos que comparan el aspecto más práctico de la copa son bastante convincentes como para hacernos pensar que definitivamente ha llegado la hora de perderle el miedo. Por ejemplo, resulta significativo el hecho de que, comparando la efectividad de la copa con los productos habituales frente a las posibles pérdidas o inesperados manchados durante la regla, “las filtraciones recogidas fueron similares o inferiores en el caso de las copas menstruales que con las compresas desechables o tampones”.

Eso sí, otro de los hallazgos es que en todos los casos “la adopción de la copa menstrual requirió una fase de familiarización durante varios ciclos menstruales”, por lo que queda claro que si eres nueva con ella, quizá debas darle un par de oportunidades antes de rechazarla de pleno si en la primera prueba no todo va como imaginabas. Respecto a otro de los mayores temores sobre su uso, los posibles efectos desestabilizadores sobre la flora vaginal, el estudio confirma que no se produjeron tales resultados adversos, mientras que un número muy reducido de personas experimentaron dolores (cinco mujeres), alergias o sarpullidos (seis de ellas), molestias en el tracto urinario (nueve mujeres) o TSS (Síndrome de Shock Tóxico) en cinco casos. Teniendo en cuenta que se trata de efectos secundarios muy poco habituales -como demuestran las bajas cifras- y que todos ellos pueden darse también con la utilización de tampones, de nuevo la copa menstrual se posiciona en una situación muy parecida a la de este otro método.

En definitiva, en 13 de los 43 estudios analizados, aquellos en los que se analizaba cuántas mujeres continuarían con su uso después de probar la copa menstrual, se halló que el 70% de ellas querían seguir con este método una vez se familiarizaron con el proceso. Teniendo en cuenta el alto porcentaje de éxito y los datos que demuestran que su funcionamiento y efectividad son realmente muy similares a los de los tampones o compresas, queda hacerse la pregunta de por qué es mejor la copa menstrual. Por supuesto, cada mujer debe decantarse por aquel sistema que se adapte más correctamente a sus necesidades y con el que se sienta más cómoda. Pero, dicho esto, cabe resaltar que la copa sí cuenta con dos ventajas sobre los demás productos de higiene íntima: es más ecológica (se puede emplear la misma durante 10 años) y más económica (entre 15 y 25 euros para un uso de 10 años, las matemáticas salen ganando por mucho). Teniendo estos dos factores en cuenta y sabiendo que a efectos prácticos es tan parecida a los otros métodos, parece quedar claro que, al menos, deberíamos darle una oportunidad. Y, si no te gusta, siempre puedes volver atrás.

Fuente: VOGUE.es